jueves, 29 de marzo de 2012

DELIRIOS

Das vueltas a tu copa como si el mundo girara con el mismo vaivén que lo hace el líquido, sorbes despacio, tranquila, meditando cada sabor que atraviesa tu garganta, demasiado cargado quizás, y miras el cigarrillo que se consume a tu lado, apoyado en el cenicero, esperando su momento, esperando que llegue alguien a consumirle, y sonríes irónicamente pensado que aunque nunca te ha gustado fumar siempre has encontrado algo tranquilizador en él. Supones que será el humo, con su extraña danza, el olor, siempre te recordará a las canciones antiguas, a los discos de jazz y blues y no sabrás porque, tu infancia seguramente, y ves como se consume y sientes que a cada instante tu te consumes con él, lentamente, esperando, sea lo que sea lo que esperes; y recuerdas cigarros en los labios de otros y te resulta fascinante esos momentos de intimidad que te proporcionan una copa y un simple cigarro, apoyada en el quicio de tu ventana, mirando las luces de una ciudad que intenta dormir a lo lejos, perdiéndose el mágico momento que tu vives, y sigues recordando en silencio, una vela, y piensas que por primera vez en mucho tiempo has decidido ser egoísta, dejar ese deseo que llevas años pidiendo para los demás y que cada día te parece más utópico y que has decido romper, como con todas las cosas que has decidido acabar. Y bebes un trago de tu copa de nuevo, y te repites a ti misma que el equilibrio sigue siendo imposible, pero sí puedes disfrutar de esos pequeños momentos, que los detalles siguen siendo importantes, que cada momento es diferente al anterior y que eso es lo que somos: detalles; que nos consumimos como ese cigarro que descansa a tu lado a la espera de un dueño que nos haga sentir especiales, pero que no es eso todo lo importante, no nos tenemos que resumir en esperar, en cuentos sin acabar, en historias con comienzo pero que nunca quieres acabar, vale, no somos perfectos, pero duele ver tanta imperfección, que la esperanza se agota como todo y por mucho que creas que en el fondo de todo hay algo, quizás sea mentira. Guardarás cada momento en tu libreta de pensamientos, bajo llave, con la esperanza de que alguien venga y vea lo que piensas, vea lo que eres, encerrada en una copa de cristal, alumbrada por la luz de la luna y cargada de sueños que se consumen. No somos lo que creemos, no somos lo que pensábamos, no estamos aquí por algo especial, no somos eternos pero si que lo serán nuestros actos, allí estarán y eso es lo que importa y la noche seguirá escuchando cada pensamiento erróneo que malgastemos mezclado con nuestros sueños y las miradas seguirán siendo las complices de cada resquicio humano que aún nos quede, porque seamos o no, queramos o no o sigamos sintiendo que si pero al rato decidamos que no, no hay nada más que eso, gestos, y no debemos olvidarnos de lo importantes que son, no por ti, ni por mi, pero si por ellos. No lo sé, a veces simplemente cogemos y soltamos todo lo que pensamos, como una calada inspiradora que dice todo lo que queremos o no, pero que ahí está escrita en mil palabras sin sentido alguno, inundadas por una melodía olvidadiza que cambiará con la siguiente canción y al final todo se hará silencio.


..Medianochenunmundoperfecto..*
Escuchar a Ivan Ferreiro, la habitación a oscuras, y un portatil. ¿Resultado? Esto. Escrito del tirón, sin apenas corrección y lleno de varíos sentimientos contradictorios. El título lo define por completo: un delirio.

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